Dean Walcott se unió a los marines estadounidenses en el año 2000. Según ha manifestado, empezó a cuestionarse los motivos dados para la misión militar estadounidense en Irak durante un periodo en el que estuvo destinado en Estados Unidos en julio de 2003. Durante ese tiempo supo que los miembros de las fuerzas de la coalición en Irak habían cometido actos de tortura y otras violaciones de derechos humanos, y los medios de comunicación empezaron a informar de que no había armas de destrucción masiva allí. Dean Walcott había presenciado anteriormente cómo soldados estadounidenses y británicos golpeaban a niños iraquíes en marzo de 2003, cuando estuvo destinado en la localidad kuwaití de Safwan, cerca de la frontera con Irak. Cuando, en 2004, estuvo destinado en un hospital del ejército en Stuttgart, Alemania, su contacto con soldados heridos, con los padres de éstos y con niños iraquíes ingresados como pacientes en el hospital le hicieron sentir angustia ante su participación personal en esa guerra.
Durante un periodo en el que estuvo sometiéndose a adiestramiento de campo en Estados Unidos en enero de 2005, las objeciones de Dean Walcott y su angustia por su participación personal en el conflicto aumentaron aún más, cuando llegó a la conclusión de que no había motivos justificables para la guerra. Cuando su unidad se desplegó en Irak en agosto de 2005, empezó a sufrir dificultades emocionales sobre las que trató de hablar con los médicos. Sin embargo, esos intentos de hablar sobre el tema fueron frustrados por la cadena de mando. En marzo de 2006, Walcott fue destinado a Estados Unidos, donde pudo obtener asesoramiento profesional y donde dos psicólogos civiles le diagnosticaron trastorno de estrés postraumático. En aquella época, su cometido en el lugar donde estaba destinado estaba relacionado con la formación de reservistas que iban a ser desplegados en Irak. Dicho cometido le parecía moralmente censurable, por lo que empezó a investigar maneras de liberarse de sus obligaciones en el ejército, unas maneras que incluían la solicitud del reconocimiento de la objeción de conciencia.
Dean Walcott se ausentó sin permiso, ya que no le iban a conceder el reconocimiento de la objeción de conciencia, y no pudo encontrar otras formas de liberarse de sus obligaciones militares. Llegó a Canadá en diciembre de 2006.
En Canadá solicitó protección como refugiado, pero se la denegaron. Sus solicitudes posteriores para permanecer en el país se denegaron también, y finalmente recibió la orden de abandonar Canadá. Su abogado va a pedir una suspensión de la expulsión. Además, Dean Walcott ha solicitado que se le otorgue la condición de refugiado, ya que tiene motivos para creer que, si regresa a su unidad, correrá peligro de sufrir acoso y otros castigos no judiciales, y ya que otros objetores de conciencia que habían manifestado públicamente su objeción y luego han regresado a sus unidades han sido sometidos a malos tratos, incluidos trabajos forzados y agresiones físicas.
Durante su estancia en Canadá, Dean Walcott ha manifestado públicamente su objeción a la guerra de Irak, y se ha convertido en miembro de una organización canadiense, War Resisters Support Campaign, que trabaja para persuadir al gobierno canadiense de que ofrezca santuario al personal militar estadounidense que desee acudir al país a causa de su oposición al conflicto armado de Irak.
La ley estadounidense sólo reconoce el derecho a la objeción de conciencia por motivos de “oposición a la guerra en todas sus formas”. Dean Walcott no podría obtener la condición de objetor de conciencia porque su objeción es específicamente a la guerra de Irak. Otros soldados estadounidenses con objeciones similares, que han tratado de registrar su objeción de conciencia y solicitar la condición de no combatientes, han visto denegada su solicitud.
Fuente: Amnistía Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario